martes, 26 de abril de 2011

Y vienes

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Y me traes hojas,
pájaros ciegos
que en tus manos,
como en nidos, se ocultan.
Y arena limpia,
como si hubiera ensayado
vientos en tus ojos.
Y me traes el placer ingenuo
de los niños y de las risas;
también algo que se escapa,
la tarde,
para explicarme como el cielo
hace el amor con las ventanas.
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domingo, 10 de abril de 2011

Al fin, solo quedó mi vientre



Aquel poema
causó un temblor extremo
en el líquido de mis vísceras,
la sangre describió un trazado
imposible ante las palabras,
y quise comprenderlo,
pero su estructura sencilla
se asemejaba a un corazón hueco
con las venas al viento,
su sombra espejo, el silencio,
la pausa más hermosa.
Pasé entonces mis ojos por él
como hacen los niños
con sus dedos pegajosos
sobre las paredes,
y como una corriente fría
en el agua cálida del río
llegó la música y el instante
fue viento.
La mirada quedó fija en un equilibrio
igual al que desprenden
los cuerpos recién amados.
Al fin, solo quedó mi vientre
y unos versos en él
clavados como cuchillos.
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